jueves, 6 de mayo de 2010

PÍNTEME UN ROSTRO



PÍNTEME UN ROSTRO


Señor pintor, me han dicho
que usted hace retratos hablados.
Le ruego si usted puede
mi madre dibujar.

Y por favor le pido
que el rostro de mi vieja
en ese lienzo fresco
lo pueda usted plasmar
que su imagen bendita
guardar quiero en mi casa
y el día de las madres
con ella festejar.

Pero píntelo pronto
se lo ruego
y no atienda mi llanto,
que mis ojos cansados
con solo mencionarla
se vuelven a nublar.

Era su faz mestiza,
su pelo caía suelto
sobre esos lomos mansos
doblados por la edad;
y siempre en ella hallaba
un cielo alucinado
que calmaba mis ansias
lo puedo asegurar.
Al fin y al cabo amigo,
era un rostro de madre
difícil de olvidar.

De sus ojos ancianos
brotaban dulces rayos
mensajeros de paz…

Perdone usted pintor
que suspenda un momento
mi corta descripción
que mis ojos se anegan
y no puedo mirar.

Esté tranquilo amigo
-le interrumpió el artista-
no hable más de su vieja
que hay suficientes datos
para poder pintar
y el rostro de una madre
cuando el hijo la llora
no se puede ignorar.

Adelnide 2010

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