jueves, 8 de diciembre de 2011

Boletín de prensa LA TIENDA DE DON BLAS


COMENTARIOS SOBRE LA NOVELA “LA TIENDA DE DON BLAS”
DEL ESCRITOR JOSÉ ADELNIDE GIRALDO HERRERA
En el Salón 3 de la Cámara de Comercio de Dosquebradas
A las siete de la noche del pasado viernes 2 de diciembre, bajo una lluvia pertinaz, y con el acompañamiento de una treintena de amigos, fue presentada al público la primera edición de la novela LA TIENDA DE DON BLAS, del escritor José Adelnide Giraldo Herrera, obra que según las palabras de su presentador, el escritor y poeta, Licenciado Francisco González Lotero, “Puede ser considerada como una propuesta estética, pues lo que relata no es una simple crónica de cómo viven unos provincianos, sino que plantea las profundidades de la condición humana, plasmando caracteres valerosos que se debaten en una lucha consigo mismos y con el mezquino medio que les tocó vivir”
La novela es toda una parábola, cerrada y bien lograda que nace del canto de unos niños en la “Alargada Carrera del Jazmín” (Según el autor: EL CORREGIMIENTO DE ALTAGRACIA, DE PEREIRA RISARALDA”) y que cierra igualmente con la misma tonada, que puede clasificarse como una “jitanjáfora”, figura utilizada por los vanguardistas de comienzos del siglo pasado, consagrada bajo su nombre por el escritor mejicano ALFONSO REYES y utilizada en forma profusa por el célebre premio nóbel Miguel Ángel Asturias en su memorable obra “El Señor Presidente”. “Solán solera /de la bombonera/del hacha pacha…/y de la vieja racha…/cantimplora/amapola/Carola sola/Carola sola” Es el canto de los niños que martiriza al viejo gamonal don Blas, y que lo envuelve en sombras desde el comienzo hasta el final de la novela.
Blas Troncoso, es el hombre común y corriente, desarraigado y siempre insatisfecho, que a fuerza de coraje se abre paso en medio de todas las hambres; pero al que le acompaña como sombra permanente el vacío del amor.
“La tienda de don Blas” es una novela corta, rigurosamente tejida con un lenguaje coloquial, austero y preciso. Sus palabras, pintan situaciones, estados de ánimo; y ponen en escena todo un entramado de vivencias, que atrapan al lector y lo convierten en un personaje más, testigo de unas vidas totalmente circunstanciadas y casi reales. Blas Troncoso puede ser el tendero de la esquina, o el hombre solitario que a diario pasa frente a nuestros ojos; y es muy probable que todos llevemos algo de él.
Auguramos muchos éxitos al autor y creemos que con el tiempo, su obra alcanzará los mejores comentarios.

Pedro Lago, Dic. 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

Lanzamiento de la novela "LA TIENDA DE DON BLAS"

El próximo 2 de diciembre en la Cámara de Comercio de Dosquebradas.

martes, 1 de noviembre de 2011

jueves, 27 de octubre de 2011

Mi primer libro


Hola amigos: Por fin tomo la decisión de publicar una de mis obras. LA TIENDA DE DON BLAS, que en un comienzo consideré de poca importancia, adquirió fuerza en la medida que mis amigos lectores de mi borrador, fueron dándole una dimensión increíble, al punto que le ganó a las demás. Espero que algún día la puedan leer. Por ahora les participo la carátula. Un abrazo. Adelnide

sábado, 18 de junio de 2011

sábado, 11 de junio de 2011

POBRE PEDRO


POBRE PEDRO.
Cuando se abrió la flor de tu existencia,
voces se oyeron en la serranía.
al mundo se anunciaba tu presencia
y una sonrisa entre el sudor se abría.
Tu madre, quejumbrosa que yacía
de dolores gimiente,
parturienta y ansiosa,
descubrió bendiciente, que su rosa,
abría ya sus pétalos en flor.
Y una oración brotó de sus lamentos,
sus quejas se mudaron en encanto,
al escuchar tu llanto;
y en la campiña se rompió el silencio,
cuando feliz gritó casi extasiada:
¡Por Dios, es un varón!

Después la vida te llenó de amores;
creciste sin dolores, de tu mundo eras rey.
No sabías de angustia y sinsabores,
para ti no había ley.
¡Oh, la infancia bendita, la niñez!
El mundo se arrodilla ante tus pasos,
todos te ven y te rodean en brazos,
y te besan los pies.

Por la infancia fugaz, la vida pasa,
y un día, ya descubres que en tu casa,
tareas hay, en el deber te acosan
y comprendes al fin que aún en la rosa
se esconden solapadas las espinas;
lloras e increpas y a mandar te empinas;
y a pesar de que gritas y te estiras,
la autoridad no logras deponer.

Ríos de sangre corren por tus venas,
tus músculos se templan y tu voz se hace fuerte.
Es medio día, el sol brilla en tu pecho,
arde la sed de dominar el mundo,
de vagar trotamundo
y al acecho
del gozo y el placer,
de apostar y vencer…
Es la locura que tu ilusión apura.

Pareciera que eterno se hace el tiempo,
pero un día que observas a lo lejos,
miras que el sol se empieza ya a ocultar;
y al volver a tu casa, ante el espejo,
vas descubriendo platas en tu pelo,
surcos sembrados en tu rostro añejo,
e historias qué contar,
te sientes viejo.
En la acera un anciano va despacio
con su viejo bastón.
En su escarpada frente se dibujan
mil historias de amor y desamor.
Sus ojos apagados ven de lejos
la distancia a vencer;
y a paso de tortuga, ya inclinado
siente desfallecer.
Sabe que el tiempo se venció
y muy pronto su final ha de ser;
y al acercarte tú para mirarlo,
te descubres en él:
Ante el espejo viste al pobre Pedro,
a punto de volver.