miércoles, 11 de noviembre de 2009

El amor abre los espacios a la ilusión y la ilusión es la frontera de la vida



SED DE NAUFRAGO


Regálame cobijo
con tus brazos de sándalo
acógeme en la tarde
de tu cuerpo cimbreante
envuélveme por siempre
con tus pechos de diosa
ninfa cálida y dulce,
cariñosa y amante

Arranca con tus labios
los dardos que me hieren
y siembra en mis heridas
tus sabores de cielo
cura la eterna sed
de náufrago que tengo
y envuélveme en la seda
de tus besos de fuego.

Quiero que siempre seas
bella samaritana
como un lampo de aurora
en mi noche de piedra
deja aferrarme al fruto
que me salva y me sana
y quedarme en tus brazos
mientras dure la niebla.






SAMARITANA


Flotas como una tierna mariposa errabunda
arriba el sol calienta y avanza la mañana
el entorno está lleno y de aromas abunda;
con su lúcido ambiente mujercita lozana.

Tu graciosa presencia como diosa encarnada
se desgrana en sublimes y exquisitas esencias
ay qué bella te encuentras pequeñita encantada
el cielo te corona de luces y cadencias.

Cuando amanece el día y se entreabren mis párpados
a través de los vidrios se asoman las montañas
luego al abrir la puerta desde el cielo los pájaros
ya entonan las canciones y alegran las mañanas.

El campo está sonriente por tu bella presencia
y la naturaleza de ti se siente ufana
y este huerto se inflama con tu sola presencia
ay, qué lindo es tenerte bella samaritana.







A HURTADILLAS


Cómo seré en el pensamiento tuyo,
cómo será tu voz, cuando me sientas,
cómo serán tus brazos y tu arrullo,
cuando al caer la tarde me consientas.

Quiero saber a qué sabrán tus besos,
si en el contacto de tus labios tienes
el mismo ardor que tu mirar provoca,
tus quedas ansias y el sabor a mieles.

Cuando en las tardes tu silueta evoco
y el viento suave rosa mis mejillas,
sueño tu aliento embriagador y loco.

Entonces callo, doblo las rodillas,
dejo que el cielo me acaricie un poco
y allí me embriago, amándote a hurtadillas.






DESEOS


Siento que aún dominas
el mar de mis deseos
que en mis sueños navegas
como un delicioso laberinto
donde escruto insaciable
todas tus oquedades
para beber los más exóticos aromas
y saborear como el mejor
de los manjares
tus mullidas colmenas.

Siento que aún te llamo
en mis soledades
que extraño los besos
aún no sembrados
que extraño mis manos
ansiosas de recorrer
tus geografías
cálidas
y ariscas.

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