AÚN EL AMOR
He permitido que llegue
la muerte de mis sueños.
Le he prohibido a la ilusión
asomarse por todos los salones
que ahora dominan la quimera.
He clausurado los espacios azules
y la esperanza
desde hace rato
toca desesperadamente
a mi puerta.
Sin embargo,
a pesar de mi terquedad,
aún rondan pequeñas mariposas
vestidas de amarillo;
aún el amor
taladra las paredes de hormigón
y temo
que aquél muro, como en Berlín,
termine derrumbado.
Entonces volverán por mis predios
los cantos a la vida;
y tornarán los sueños,
y acamparán de nuevo
por los amplios solares de mi casa
la ilusión y la dicha.
Adelnide 2010
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